I
El pozo negro

  Esta era mi primera visita al interior de Shambala. Había admirado este lugar desde el exterior varias veces que lo vi materializarse en mis meditaciones. Siempre lo observé como un lugar lleno de luz, con edificios la mayoría con forma de cúpula y un ambiente misterioso.

  El día anterior, cuando llegué a la puerta, me encontré con  un guardián que me hizo muchas preguntas sobre el motivo que me llevaba a querer recibir enseñanzas en el Reino de Shambala.
Gracias a Dios pasé el control, conseguí el permiso y aquí estoy...llegando a mi primer día de escuela.

  Tomé el sendero blanco, despacito percibía que  me iba aproximando pues mi energía vibraba mas deprisa. Me sentía un poco nervioso, porque no me gusta meterme en líos  astrales, pero tenía una absoluta confianza en mi guía Joël. Llegué a Shambala, observe a mi alrededor, estaba lleno de edificios blancos, la mayoría de color arena y cal. Todo lo que veía tenía un reflejo como el resplandor del sol en una mañana de invierno...

  Estuve esperando porque no sabía que era lo que iba pasar o que era lo que tenía que hacer...
  El lugar estaba vacío,, no se veía ni un alma entonces a lo lejos vi como un reflejo que se iba aproximando a mi lentamente, cuando llegó delante mío me percaté de que no era un ser humano como nosotros, era un ser compuesto de una nube blanca brillante y en su interior tenía como estrellitas que tintineaban constantemente...como el brillo del sol en la nieve virgen.

  Me la quedé mirando atónito, era una mujer madura, mas alta que yo, con muchísima presencia. Su cabello estaba peinado hacia atrás, como lo llevaba mi abuela, cuando lo recogía con una peineta. Tenía una sonrisa transparente, me dio la bienvenida y se presentó como Ananda.. me dijo que iba a ser mi guía en Shambala y sin mas diálogos se puso a caminar hacia el interior del
Lugar. Llegamos enfrente de un edificio ovalado, y cruzamos su umbral.

  En el interior no habían muebles, ni personas, estaba todo vacío. Ananda se encaminó hacia el centro de la sala...entonces me di cuenta de que en el medio, en el suelo, había como un pozo con una agua negra, que reflejaba el espacio que lo rodeaba como un espejo.

  Nos quedamos los dos observando al pozo negro, de pronto me empezó a entrar una ansiedad y un miedo terribles, Ananda giró su rostro hacia mi y me comunicó para tranquilizarme que yo era una visión y me paso sus manos alrededor del cuerpo creando una protección a la que llamó “ Arco-iris”, que era como una aura de luz con muchos colores.

   Volvimos a mirar hacia el pozo y me relajé un poquito. Entonces mi atención fue tomada por unos sonidos como chapoteos...se veían formas pasar por dentro del líquido negro, como si mirásemos a  un agujero en el hielo de Alaska y viéramos pasar las focas. De pronto con un gran estruendo emergió del líquido, medio cuerpo de un ser humano transparente obscuro brillante con los brazos alzados, e igual de rápido que apareció, volvió a zambullirse en el pozo y desapareció...

  La sala volvió a quedar en silencio, mi cuerpo sentía una gran ansiedad y miré a Ananda para entender que era lo que sucedía...

  Ananda me dijo: - No pienses, no pienses...solo mira.

  Giré el rostro hacia el agujero y Ananda me explicó: - Durante tu estancia en el planeta tierra, has sido muchas personas diferentes, muchas vidas y situaciones. Este es el pozo de las reencarnaciones y todo lo que tu has sido, vive en él. En sus profundidades en sus secretos...
  
  De pronto empezaron a emerger seres fuera del agua, algunos eran mujeres, otros hombres, habían también niños y ancianos. Todos se colocaron en un corro rodeando al  pozo mirando hacia adentro, entonces Ananda me comunicó que fuera a reunirme con ellos...

  Yo con mucha cautela me acerqué, y me coloqué entre dos de mis vidas. Entonces nos tomamos algunos de las manos, otros de los hombros y nos empezamos a disolver. Mi cuerpo se fusionaba junto con los dos que tenía a mi lado. El mezclarnos generaba ruidos extraños y figuras abstractas que se movían como si tuvieran vida propia... Así nos unimos en una sola masa, que tenía forma de aro acuoso...

  El aro se empezó a contraer y reducir de tamaño, hasta que fue lo suficientemente pequeño como para saltar al interior del pozo y desaparecer en su interior. A partir de ese momento, no recuerdo nada, solo un gran silencio obscuro, eterno...y de pronto me sentí vivo otra vez y vi la luz sobre mi...¡ Nadé hacia arriba!, Y emergí de nuevo del pozo, pero ahora como ser único, completo, totalmente empapado y confuso...

  No sabía que pensar, me sentía asustado y realmente no estaba seguro de que esta  experiencia que acababa de pasar me gustara mucho...Me dirigí hacia Ananda muy compungido y cuando llegué a ella me la encontré iluminada con una sonrisa muy hermosa. Me contemplaba como lo haría una madre al ver a su hijo recién nacido y me dio un abrazo felicitándome por haber hecho bien mi trabajo.

  En ese momento me sentí bien, se fueron mis miedos y me di cuenta de la importancia de lo que me acababa de acontecer. De el poder asimilar y comprender que todas mis vidas hacen una sola y de que al fin y al cabo, todos somos uno...

  Entonces Ananda me dijo que tenía que marcharme, que mis estancias en Shambala de momento  serían cortas y me acompañó hasta el sendero y volví a casa, confuso pero satisfecho y feliz de mi nuevo camino en la tierra...