08 de Junio de 2015

 


05 de Junio de 2015

 

MI LIBERTAD 

 

 

 

 Yo conté a mi familia y amigos que era homosexual a los diecisiete años.
 Quería vivir en la luz, el secreto era como una sombra, como una pesadilla, como vivir encerrado sin luz.
 Consideraba también que si mis padres habían tomado la responsabilidad de traerme a la tierra, era desde mi ser autentico, no desde una mascarada absurda.
 Es lo que ellos había venido a aprender en esta tierra.
 Considero que ser uno mismo es uno de los pasos mas importantes que hay que dar en la vida, si se pretende vivir en coherencia con uno mismo y buscar la felicidad y la libertad.
 Para empezar me abandonó mi mejor amigo, pero bueno, yo entiendo todo, aunque lo pase mal.
 Lo primero que hicieron fue mandarme a la cruz roja a un gran hospital, allí me tuvieron bastantes días haciéndome pruebas de todo tipo, psicológicas, manuales y que se yo que mas, asi elaboraron un informe, de muchas páginas que lo que acababa diciendo es que yo estaba muy mal y me mandaron a un Psiquiatra.
 Era principios de verano, me atendió en su gran despacho, que recuerdo que tenía encima de su cabeza un cuadro de un camino en un bosque que se perdía en la oscuridad.
 Después de contarle lo que me sucedía, me recetó unas pastillas, supongo que antidepresivos y me dijo, tómatelas durante todo el verano y luego vuelves a verme.
 Yo le pregunté: Y para que sirven estas pastillas? y me contestó- Tú tómatelas y hablamos en Septiembre.
 Llegó Septiembre y regresé. Solo entrar su primera pregunta fue: Te has tomado las pastillas? y yo le contesté-No, Y porque no te las has tomado? y yo le contesté: Porque no se para que son...
 Vi que se comenzaba a poner nervioso y me preguntó así como cabreado: -- Entonces para que vienes a mi consultorio?
 Y yo le contesté, yo no quiero dejar de ser homosexual, es mi condición, el problema que tengo es que necesito hacer el amor con un hombre y no se como encontrarlo...
 Ese era realmente mi gran problema en esos momentos
 Se levantó de su butaca y comenzó a chillar como un loco y señalando a la puerta comenzó a gritar: ¡Degenerado, fuera de mi consulta!, yo salí corriendo y recuerdo ver a la señorita de recepción que se le cayeron las gafas de leer del susto de escuchar los chillidos del Psiquiatra por el pasillo...
 Asi es la vida, los heterosexuales tienen que entender que para un homosexual es diferente ligar, porque si se equivoca puede tener muchos problemas, si el otro hombre o mujer no es gay y se siente ofendido...
 Caminante no hay camino, se hace camino al andar


04 de Junio de 2015

 

 

CAMINO A WIRIKUTA


 Cuando era muy joven, tuve una llamada del espíritu del Peyote.

 Cogí un avión y me fui a Distrito Federal en México y luego al Desierto de Sonora.

  Terminé en un pequeño pueblo llamado Real del Catorce, me hospedé en un pequeño hostal enfrente del cementerio. El segundo día me fui al cementerio a pasear y saqué mi flauta o mi Ocarina y comencé a tocar.

  Se me acercó un perro y cada vez que intentaba tocar, me apartaba la flauta de la boca con la pata lloriqueando. Decidí hacerle caso.

  El perrito se quedo conmigo, me acompañaba a todas partes por el pueblo.

Me iba a dormir y a la mañana siguiente allí estaba en la calle esperándome.

  Una mañana nos encontramos con otro perro enfrente de una casita y se pusieron a jugar los dos, yo me puse a hablar con la dueña del otro perro.

  Comentamos varias cosas y luego me invitó a entrar, era una mujer Francesa de pelo corto y muy dulce. Una vez en su casa me explico que era alumna de un Nagual, un brujo de la tradición Tolteca, y también me introdujo al budismo, pues practicaba el budismo Zen. Un maravilloso encuentro.

  Un día me fui a un restaurante a comer y estaba mi perrito conmigo, de pronto la chica que estaba compartiendo la mesa, me explicó, que mi perro era de un muerto. Un hombre que había muerto hace poco y el perro se había quedado en su tumba hasta que llegué yo. Me entró miedo, mire a mi perro a los ojos tratando de digerir la nueva información, de pronto el perro sintió mi miedo y me dirigió una mirada de una dulzura inimaginable y se marcho. Nunca más lo volví a ver…

  A los pocos días me adjunté a un pequeño grupo que se dirigía al monte sagrado del Quemado y estuve un día entero comiendo Peyote, tocando mi Ocarina y alabando a la vida y a lo sagrado de la tierra. Me sane casi toda mi infancia conflictiva, hable con los Captus y vi la famosa danza del Sol.

  Una experiencia absolutamente enriquecedora y llena de luz, sol y belleza.

  Cuando regresé a mi hostal, hacía mucho viento y me dormí mecido por su sonido, creo que ese día en mi sueño con el viento toqué mi hogar de las estrellas…

 

  Real del catorce es un pueblo sobre unas minas de plata que tiene muchísima energía y me di cuenta de que cuando caminaba por sus callecitas dejaba una marca en el suelo y que los habitantes de allí podían ver mi rastro y lo veían como una tela de araña, así que comencé a caminar sobre un punto en movimiento, que gran enseñanza que todavía vive conmigo...

 

 

Cerro del Quemado, montaña sagrada de los Huicholes, Wiricuta.

Lo llaman La Elefanta, y cuando has comido Peyote y te vas a la cabeza del Cerro, ves como camina por el desierto

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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