03 de Abril de 2010

 

"Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras. 

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir. 

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar. 

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman "resolver un problema". Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir. 

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca. 

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla. 

Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces."

 

 

Extractos del libro 
"Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder" 
por Kent Nerburn 
New World Library, 1994


27 de Marzo de 2010

MA ANANDAMAYI

 

 

  Uno de los lugares en los que sentí en mi viaje a la India el contacto mas directo con la luz y el espíritu fue en el Ashram de Ma Anandamayi en Hardiwar.

  Allí asistí a una puja que me lleno de alegría y de fuerza. Aunque ella ya murió hace tiempo su energía sigue absolutamente presente.

 

 


24 de Marzo de 2010

 

EL HOMBRE QUE CAMINABA EN CÍRCULOS
 
 
En India me hablaron de un joven Yogui que vivía en un árbol desde hacia 10 años, lo fui a visitar al bosque. Me quedé sorprendido de la cantidad de personas que nos sentamos alrededor de él y lo mirábamos en silencio.
 
 
 
 
 En ese silencio estaba, cuando su árbol me contó una historia, que ahora os voy a contar a vosotros, esta narración tiene que ver con mi vida.
 
 Erase una vez un hombre que salio de su casa para recorrer la vida.
 Comenzó a caminar con gran alegría e ilusión.
 Cuando llevaba un tiempo, miró a su alrededor y se dio cuenta de que había regresado a el mismo lugar de donde había salido.
 Se puso a sentir lo que había sucedido y partió otra vez.
 Pero…el hombre se dio cuenta de que por mucho que lo intentase, siempre terminaba en el mismo lugar.
 Cansado de tanto círculo, intentó buscar una solución, fue preguntando y explicando su problema a los demás.
 Un día le contaron que había un anciano ciego que vivía a las afueras del pueblo que posiblemente le podría ayudar.
 Se presentó en su casa, se colocó delante de él y le explico su problema.
 El hombre tenía la cabeza inclinada hacia el suelo, se mantuvo callado largo tiempo, entonces levanto la vista y le dijo:
 
 -Si quieres te puedes quedar aquí en mi casa, me puedes ayudar, cocinar, limpiar y hacerme compañía.
 
 
 El hombre se quedó perplejo, no era la respuesta que esperaba. Pero luego pensó, si me voy de aquí, comenzaré  a generar círculos otra vez.
 Asi que decidió quedarse. El tiempo pasó. A veces, miraba por la ventana y veía con nostalgia a los demás caminantes con sus familias, sus trabajos y los envidiaba un poquito.
 Un día, cansado de observar a la vida a través de la ventana, decidió marcharse, se despidió del anciano y salió a caminar.
 Al principio sintió una gran libertad, pero al cabo de unos días se dio cuenta de que había regresado otra vez.
 Por lo menos esta vez tenía a donde llegar, se metió en la casa, saludo al anciano y todo siguió como antes.
 El tiempo pasaba y los dos envejecieron en silencio, con una gran armonía y amor por la vida simple...
 
 Entonces el árbol dejo de hablarme, en mi interior sentía que faltaba algo en la narración, o quizás es que no había sucedido todabía y el árbol no me lo quería contar...
 
 Al día siguiente nos fuimos a una población que se llama Rishikesh, es un lugar muy hermoso y espiritual al pie del Himalaya.
 
 
 
 
 En las montañas fuimos a conocer a un Swami que lleva 30 años viviendo en una cueva. Allí le hice está pregunta:
 
-         ¿Porque cada vez que emprendo un camino, hago un círculo y regreso al mismo punto?
 
El swami me contesto:
 
-         No estás regresando al mismo punto, la vida no es un círculo, es una espiral y cada vez que piensas que regresas al mismo lugar estás en una escala superior, ascendiendo por tu espiral evolutiva.
 
Que hermosa es la vida verdad?…LOve NN
   
 
 

 


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