XVII
Caricias

 Hoy cuando he llegado al portal de Shambala lo que me rodeaba me recordaba a los Himalayas, y me he encontrado a un ángel de más de cuatro metros de altura, batiendo sus alas e impidiéndome el paso...
 Entonces el ángel guardián  me hizo las siguientes preguntas:

  Angel- ¿A donde vas?
  Nyako- Voy en busca de mi mismo
  A- ¿Que es lo que quieres?
  N- Quiero purificarme
  A- ¿Has amado?
  N- Si, he amado
  A- ¿Por qué quieres entrar?
  N- Porque necesito conocimiento
  A- ¿Vienes solo?
  N- vengo con toda la humanidad
  A- puedes entrar...

  El ángel se desvaneció y crucé el umbral, y sin saber como me encontré en el Reino de la Ascensión...

  Allí estaba Raphaela y le pregunté el porque del control y no me respondió. Se puso a caminar y yo la seguí.

  Llegamos ante una puerta muy extraña, era como una rueda de la maquinaria de un reloj antiguo dorada, de unos ocho metros de alta y tenía una cruz dorada en su interior. A la derecha de la rueda habían dos ángeles uno de rodillas y otro detrás de él, de pie adorando y a la izquierda había dos mas en la misma posición, en simetría perfecta.

 Raphaela me comentó que me iba a mostrar el camino del alma, y nos asomamos a través de la rueda...

 Vi muchísimas nubes y diferentes almas, unas subían otras bajaban, otras formaban grupos, otras flotaban solas. Era como una gran ciudad de almas en el espacio en estado de sublimación.

 Entonces Raphaela me explicó que era lo que estaba viendo:

Aquí es de donde las almas vienen
Y aquí es a donde las almas van
Es el reino del intermedio
Donde se recogen los seres
Y donde se preparan las almas
El silencio es el camino de la gloria
La armonía de este sistema es del Creador
Todo funciona, solo porque es energía pura...

 Le comenté a Raphaela que la visión me estaba poniendo nervioso y le pregunté porque me estaba enseñando ese lugar, ella no contestó, y se puso a caminar.

 Llegamos hasta una barrera de nubes, como una pared y la atravesamos. Al otro lado había una luz cegadora, mis ojos se fueron acostumbrando lentamente y entonces vi a Sananda, que me miraba, su presencia resplandecía lleno de amor y bondad. Me comenzó a hablar y sentí como si todo su ser me acariciase...

El amor es primordial
Todo se basa en el querer
En acariciar a los seres a tu alrededor
Desde el corazón, expresar tus sentimientos
Es lo mismo que acariciar a un niño
Es lo mismo que acariciar a un animal
Es lo mismo que acariciar a una flor
Es lo mismo que acariciar al creador
Todo es lo mismo, todo es amor.
Que surge de tu corazón
 Y lo inunda con luz dorada
Y lo expande hacia el exterior
Todo ser con el que te cruzas
Es exactamente el reflejo del Creador
Y el Creador y tú, sois lo mismo
Esa es la transparencia y la pureza
Que verdaderamente ama mi Padre
No lo olvides ama, ama y ama
Y busca tu silencio interior...

  ¿Que es el silencio interior? - Le pregunté yo

  - El silencio- contestó Sananda- es una consciencia interior, donde se encuentran tu ser más íntimo con el ser superior. Y se genera una comunicación basada en el silencio. Una forma de adoración que ayuda a él ser a crecer y madurar su consciencia convirtiéndola en ilimitada...

 El silencio es también, el lugar donde comulgan el ser mas auténtico que tú eres con el ser superior que te amamanta. Es la comunión del Creador con tu alma, es el respeto por la vida y su encuentro con tu persona...

Eso es el silencio
Eso es la luz
Eso eres tú
Eso soy yo
Eso somos todos
Mientras viajamos por el universo
Encontramos el silencio
Y en un acto de adoración
Descansamos el alma
Y nos comunicamos con el Creador

  Una forma de alcanzar el silencio es a través de la respiración profunda, la meditación y la contemplación... Pero el camino que tu elijas, es el perfecto para ti…

  Práctica el silencio y estate con Dios...                                                       Sananda